EL NIÑO SALVAJE DE AVEYRON
VICTOR
VICTOR
En enero de
1800 en el departamento de Aveyron situado en Francia, surgió
el rumor sobre la captura de una criatura salvaje, pero esta no era la primera
vez que lo hacían, tres años antes fue capturado por una viuda en una comunidad
vecina (Tarn), pero no pudo evitar que escapara. Fue visto durante muchas ocasiones
de manera fugaz por los pobladores, hasta que un día tres cazadores deciden ir
en su búsqueda y finalmente logran capturarlo luego de una persecución en una
casa Taller de un tintorero. Era un niño de aproximadamente 12 a 13 años, que
contaba con numerosas marcas en el cuerpo, siendo la más prominente una marca
que se localizaba a la altura del cuello y que demostraba lo difícil que pudo
ser supervivir tanto tiempo y se encontraba en un estado de abandono total. Fue
sometido a diversos exámenes y pruebas, una de las más sorprendentes para los
profesionales tratantes fue descubrir que la resistencia de Victor
a las bajas temperaturas era muy distinta e inusual en comparativa con las
personas de la ciudad, se pudo concluir
que el niño tuvo que estar sometido a circunstancias sobre humanas o mejor
dicho más allá de cualquier capacidad de resistencia de una persona, una
capacidad animal.
Algunas
de las características de Victor al ser
capturado fue la de un ser salvaje, que luchaba por liberarse y volver a la
seguridad del bosque, alejarse de la sociedad, con cabello enredado, sucio y
largo, cuerpo desnudo, además de ser dueño de un aroma pestilente con una
conducta impropia de un ser humano. Describieron su caminar erguido como la de un simio o un niño autista, con
gestualidad brusca y agresiva. Además de una incapacidad total de poder
comunicarse a través del lenguaje con los demás.
Victor había
sido trasladado y recluido a la ciudad de París, donde se encontraban las
personas intelectuales y cultas del medio, siendo expuesto a diversas miradas
en su claustro institucional, centrando la atención en descubrir el diagnóstico
para él. El Dr. Philippe Pinel, Director del Manicomio de Bicêtre lo diagnostico evidente y reveladora; El niño era un deficiente mental
irremediable, un caso perdido para la sociedad. Pero debido a la objeción de un
joven investigador con nombre Jean Marc
Gaspard Itard, quien no estaba de acuerdo con los argumentos expuestos por
el Dr. Philippe Pinel, tomo el caso
gracias al apoyo del estado quien proporciono de todos los recursos para que
este pueda diseñar un plan de tratamiento e instrucción del niño de Aveyron.
Jean Itard ideó con inaudito rigor metodológico
un exigente plan de instrucción para Victor. A pesar de sus esfuerzos,
sin embargo, lo salvaje en el niño se demostró, una y otra vez, una formidable resistencia a la acción del instructor. Aun
que ya es tarde tanto instructor decide formar una simbiosis con Victor,
el resultado no es el esperado, el aprendiz es renuente a cualquier intento de Itard y esto a lo largo de la
historia se conoce gracias a los escritos dejados por el médico tratante, lo
cual es conocido como Lectura biopolitica de Victor, en donde se manifiesta las
limitaciones epidémicas de Itard.
En un último informe Itard, demuestra su
preocupación por el futuro de Victor, dejando el caso, en ese
mismo momento el Ministro del Interior decide asegurar su cuidado ulterior con
una pensión de 150 francos que
permitieron su cuidado por la señora Guérin,
lo cual siguió haciendo durante 20 años más. Durante ese tiempo, diversos investigadores trataron de volver a
brindar un pie al caso del niño de Aveyron en su intento por educarlo, pero
este fue totalmente abandonado en 1815 donde fue tomado como imposible.
Victor el niño salvaje
de Aveyron falleció en 1828.
“La condición humana no es determinante de nuestras
conductas”
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