EL NIÑO SALVAJE DE AVEYRON
VICTOR
VICTOR

Algunas
de las características de Victor al ser
capturado fue la de un ser salvaje, que luchaba por liberarse y volver a la
seguridad del bosque, alejarse de la sociedad, con cabello enredado, sucio y
largo, cuerpo desnudo, además de ser dueño de un aroma pestilente con una
conducta impropia de un ser humano. Describieron su caminar erguido como la de un simio o un niño autista, con
gestualidad brusca y agresiva. Además de una incapacidad total de poder
comunicarse a través del lenguaje con los demás.
Victor había
sido trasladado y recluido a la ciudad de París, donde se encontraban las
personas intelectuales y cultas del medio, siendo expuesto a diversas miradas
en su claustro institucional, centrando la atención en descubrir el diagnóstico
para él. El Dr. Philippe Pinel, Director del Manicomio de Bicêtre lo diagnostico evidente y reveladora; El niño era un deficiente mental
irremediable, un caso perdido para la sociedad. Pero debido a la objeción de un
joven investigador con nombre Jean Marc
Gaspard Itard, quien no estaba de acuerdo con los argumentos expuestos por
el Dr. Philippe Pinel, tomo el caso
gracias al apoyo del estado quien proporciono de todos los recursos para que
este pueda diseñar un plan de tratamiento e instrucción del niño de Aveyron.
Jean Itard ideó con inaudito rigor metodológico
un exigente plan de instrucción para Victor. A pesar de sus esfuerzos,
sin embargo, lo salvaje en el niño se demostró, una y otra vez, una formidable resistencia a la acción del instructor. Aun
que ya es tarde tanto instructor decide formar una simbiosis con Victor,
el resultado no es el esperado, el aprendiz es renuente a cualquier intento de Itard y esto a lo largo de la
historia se conoce gracias a los escritos dejados por el médico tratante, lo
cual es conocido como Lectura biopolitica de Victor, en donde se manifiesta las
limitaciones epidémicas de Itard.
En un último informe Itard, demuestra su
preocupación por el futuro de Victor, dejando el caso, en ese
mismo momento el Ministro del Interior decide asegurar su cuidado ulterior con
una pensión de 150 francos que
permitieron su cuidado por la señora Guérin,
lo cual siguió haciendo durante 20 años más. Durante ese tiempo, diversos investigadores trataron de volver a
brindar un pie al caso del niño de Aveyron en su intento por educarlo, pero
este fue totalmente abandonado en 1815 donde fue tomado como imposible.
Victor el niño salvaje
de Aveyron falleció en 1828.
“La condición humana no es determinante de nuestras
conductas”
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